martes, 22 de octubre de 2013

ALBAN HEFIN / LITHA SOLSTICIO DE VERANO

La celebración del solsticio de verano es tan antigua como la misma humanidad, se trata de una jornada cargada de poder y magia. Según las creencias procedentes del paganismo de tiempos pasados, hadas y deidades de la naturaleza andan sueltos por los campos.
Tradicionalmente, los agricultores daban gracias por el verano, las cosechas, las frutas y por disponer de más horas para cumplir con sus tareas y entregarse a la diversión. También es el momento justo para pedir por la fecundidad de la tierra y de los mismos hombres.
Es el momento del año de la luz y calor. Las cosechas están creciendo en los campos al calor del sol, pero también es necesaria el agua para mantenerlas vivas. El poder del sol está en su apogeo y la tierra es fértil con su plenitud de vida creciente.

Fogatas y ritos de fuego eran iniciados la víspera del pleno verano para simbolizar el poder del Dios padre Sol y ayudarle a renovar su energía. Asimismo, se trataba de rituales para purificarse y asegurar el renacimiento del Sol.

Antiguamente, la gente celebraba el día de solsticio de verano encendiendo hogueras en colinas que celebran el poder de la luz sobre la oscuridad o tirando ruedas ardientes colinas abajo que se apagaban en agua. Estas ruedas de fuego simbolizaban el sol y también representaban el equilibrio entre fuego y agua.

Existen muchos otros rituales de los cuáles éste es que más me gusta: en algunas partes de Irlanda si tienes un deseo, "se lo das a una piedrita". Lleva una piedrita en tu mano mientras das vueltas a la hoguera de solsticio y susurrale tu deseo. Luego, después de dar tres vueltas, tira la piedra en las llamas y tu deseo se cumplirá.

Seguramente conocéis la tradición de saltar la hoguera, esto trae buena suerte durante todo el año. También se solían recoger las cenizas y usarlas como abono para las cosechas.

Litha coincide con la celebración de la noche de San Juan, impuesta más tarde por la iglesia católica. Pero el día de solsticio (20-21 de junio en el hemisferio norte) no siempre coincide con el día de San Juan (24 de junio). Una costumbre típica y muy interesante es el agua de San Juan: se recogen varias plantas aromáticas y se dejan en agua por la noche para lavarse la cara la mañana siguiente: se le atribuyen propiedades terapéuticas y limpiadoras. También acostarse con un manojo de hierbas de San Juan hacía que al despertarse el día siguiente se supiera la identidad de la futura pareja.


Reflexionamos sobre cuál semilla o semillas, plantadas en el solsticio de invierno, han florecido y madurado en nuestras vidas?

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