La danza es una
metáfora de la existencia del cuerpo que expresa la emoción de la
vida.
Desde siempre el
hombre ha utilizado el Arte como vía de expresión para explorar su
mundo interior. A través del Arte, toda y en todos sus aspectos, el
sujeto consigue relacionarse con el mundo exterior de una forma
diferente pudiendo así expresar, gracias a este medio, su mundo
interior.
Es por este motivo,
probablemente, que a partir de mediado del siglo XX surgen una serie
de terapias, llamadas creativas, que tratan, a través de la
“creación” y la “expresión”, aproximarse al complejo mundo
de las emociones y sentimientos del Ser humano.
Según la ADTA -
Asociación Americana de Danzaterapia - la Danzaterapia
es “el uso psicoterapéutico del movimiento como proceso que tiene
como meta integrar al individuo de manera física y emocional”,
método que surgió en los Estados Unidos en la década de los años
'40. Marian Chace, Trudi Schoop, Lilian Espenak y Mary Whitehouse
fueron las fundadoras de las distintas modalidades de la danza como
terapia. Sucesivamente los principios de las pioneras de la
danzaterapia fueron en su mayoría retomados y desarrollados
constantemente por sus alumnas. Es por ello que en la actualidad
existen distintas teorías sobre la danzaterapia.
En Danzaterapia
se utiliza la danza y el movimiento con fines terapéuticos para
alcanzar la integración de procesos corporales, emocionales y
cognitivos.
El cuerpo y los
movimientos son los medios para permitir el desarrollo de la
personalidad. Por un lado, es una terapia artística, y por el otro,
una psicoterapia corporal
que se centra especialmente en lo que el movimiento representa.
La finalidad de la
danzaterapia, como de
las otras terapias creativas, es la de ofrecer un instrumento
alternativo para integrar las experiencias previas al idioma y
memoria corporal, estimular la percepción corporal, desarrollar una
imagen corporal real, estimular el movimiento personal y el
auténtico, desarrollar la percepción personal y hacia los demás,
para poder analizar las emociones vividas, lidiar con los conflictos
intra e interpsíquicos, adquirir nuevas maneras para establecer
vínculos y manejar situaciones, aprender a expresarse y reflexionar
sobre el movimiento, ser consciente e integrar lo vivido.
En Danzaterapia
lo que se busca es la exteriorización de las emociones a través del
despertar del cuerpo: es por esto que durante la sesiones se trabajan
las tensiones muscular, se regula la respiración a través de
ejercicios específicos, se corrige la postura, se da valor al cuerpo
en el espacio encontrando, de esta manera, una nueva vía de
comunicación.
Es justamente a
través del movimiento que se pueden generar los cambios, no sólo a
nivel físicos, sino que trabajando activa y contemporáneamente el
cuerpo interior. Aquel cuerpo que no es visible y que, por lo tanto,
muchas veces se queda en el olvido y que puede ser la causa de
sucesivos problemas tanto sensoriales como psíquicos.
A través de los
estímulos corporales los usuarios se mueven y cambian los "no"
del cuerpo, que, con la disciplina y la práctica, pueden convertirse
en "sí".
Durante las sesiones
se estimulan las áreas dormidas, para permitir que el cuerpo sea el
verdadero protagonista.
A través de la
danza no se busca solo la poeticidad del gesto y la belleza de la
interpretación. Sobre todo, la Danzaterapia
pone énfasis en expresar a través del movimiento lo que nos bloquea
en la vida cotidiana: bailando podemos expresar nuestros miedos, la
rabia, la angustia, el dolor. En el momento en que reconocemos estos
sentimientos dentro de nosotros, podemos exorcizarlo traiéndolos al
exterior a través de nuestro mismo cuerpo, para que, una vez
visualizados, podamos comprenderlos y eliminarlos o cambiarlos.
En Danzaterapia
no es importante la interpretación final de nuestra danza, sino que
el proceso que nos lleva hasta esta danza.
Un artículo sobre psicoballet, una terapia parecida:
No hay comentarios:
Publicar un comentario