sábado, 1 de mayo de 2021

MICROGIMNASIA

Si la especie humana, integrante por naturaleza de la Magna Orqesta Universal,con su bioinstrumento intrínseco, interpretara virtuosamente su partitura de la excelsa “Sinfonía Mágica existencial” - la inigualable obra músico/eterna del Creador – magistralmente orquestada y dirigida por la prestigiosa batuta de la Directora Naturaleza, quedaría consolidada la armonía del planeta, de sus habitantes y del universo.

Antoni Munné Ramos

Al leer el libro Microgimnasia descubrí que los conceptos y pautas que se aplican en este sistema se parecen mucho a lo que yo llamo Movimiento orgánico o Yoga orgánico, uno de los pilares que forman EcoYoga.

La microgimnasia es un método terapéutico que, englobado en el Sistema ARC (sistema de Análisis Restaurador Corporal que fue creado en Barcelona a finales de los años 70 por el terapeuta Antoni Munné) Su práctica restaura el equilibrio corporal, proporciona la flexibilidad y el tono adecuados a las estructuras musculares y a las articulaciones, reduciendo las tensiones y devolviendo la vitalidad al organismo.

Se define como una técnica somatofilopsíquica porque, al reencontrarnos con la armonía corporal, ésta se transmite simultáneamente a los planos emocional y psicológicos de la persona, permitiéndole recuperar la autenticidad de su ser: máxima creatividad, plenitud y gozo de vivir, integración y respeto por el entorno; resumiendo, conexión con la fuente interior inmanente que nos da plenitud de ser.

La Microgimnasia se basa en posturas y movimientos que respetan la configuración natural del cuerpo y, a diferencia de otras terapias, no lo engaña con pasajeras sensaciones de relajación, ni lo maltrata con posiciones imposibles que no obedecen a la configuración de nuestra anatomía y que, en algunos casos, son claramente nocivas para nuestra salud.
El cuerpo humano es expresión visible de la conciencia. Si cambia la conciencia, cambia el cuerpo.

Antoni Munné Ramos

Además, la Microgimnasia permite experimentar e investigar con nuestro cuerpo, descubrirlo y sentirlo, escucharlo y mimarlo, con la finalidad de comprenderlo y, de este modo, poder devolverle su armonía original. La práctica de la Microgimnasia, como método pedagógico, nos enseña a reconocer las posturas y hábitos que realizamos diariamente y nos perjudican y nos ofrece la información necesaria para sustituirlos por otros más saludables que aumentan nuestro bienestar. La microgimnasia nos da libertad; al concienciarnos con nuestro cuerpo nos pone en contacto con los recursos auténticos que todos tenemos para superar situaciones de crisis, sean las que sean, para liberarnos del sufrimiento que nos producen (o nos produjeron, ya que todo queda archivado en los tejidos).

A partir de una natural toma de conciencia, dirigiendo la mirada hacia el interior, se realizan micromovimientos sencillos, pausados y profundos que, combinados con la respiración adecuada, trabajan el cuerpo con delicadeza y eficacia. Sin castigarnos y sin forzarnos, lo liberamos de tensiones poco a poco, capa a capa, hasta que desaparecen los nudos de tensión que nos aprisionan, nos bloquean y nos provocan malestar o dolor. El cuerpo y el alma van estrechamente unidos: el cuerpo llora a través del alma y el alma llora a través del cuerpo y éste, al ser el soporte físico palpable que nos une a la vida, recoge el dolor del alma y lo añade al suyo propio, pues desde pequeños no se nos enseña a cuidar nuestro cuerpo debida y amorosamente.

Dice Ramos: Creo en la necesidad de recuperar aquellas esencias innatas y puras que tenemos los humanos, extraviadas a menudo y, por lo tanto olvidadas. Hay que despertar de la amnesia personal, recuperando la memoria ancestral con la fuerza de las cualidades básicas, empezando por reconquistar de nuevo el cuerpo, devolviéndole su flexibilidad, su libertad de movimientos, su vigor, su energía y su paz, en definitiva, su equilibrio y armonía.

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