martes, 22 de octubre de 2013

CONSEJOS PARA LA PRÁCTICA DEL YOGA

                                                 
Aunque en su mayoría la práctica del Yoga aporta beneficios, es aconsejable consultar con tu médico o terapeuta antes de empezar, en caso que tienes alguna lesión o enfermedad. Tal vez tendrás que evitar algunas asanas durante cierto tiempo.



Existen muchos tipos de Yoga, incluyendo sistemas de ejercicios, que no llevan este nombre, pero funcionan en un nivel similar, tales como Pilates, Río Abierto, Tai chi y Chi Kung, y muchos otros sistemas de culturas egipcia, druida, china, que se parecen al Yoga. Elige el tipo de ejercicios, que más te conviene, que más se adapte a tus necesidades. Con el yoga puedes sudar y tonificar  e incluso tener agujetas o, por el contrario, alcanzar una sedación muy profunda.



Ten paciencia y sé sensible a los cambios pequeños. Aunque no se sientan o vean inmediatamente después de una sesión, los progresos estarán ahí. Las  mejoras son sutiles. Se requiere una práctica regular y prolongada. Después de dos o tres meses empezarás a notarlas. No esperes que tu cuerpo cambie de un día para otro.



No te compares con los demás. Tal vez otra persona estire más o llegue a acercar l tronco más a los muslos, pero eso no es lo importante. Hacéis el mismo ejercicio, estiráis el mismo músculo. Aquí no se trata de llegar sino de estar en la postura y experimentar sin prisas todo el proceso. Se trata de disfrutar del camino hacia el asana, disfrutar del estiramiento, del proceso que me lleva a la postura final. Y cuándo aprendes a disfrutar y apreciar el proceso y te despegas del deseo de llegar al resultado, te darás cuenta, que cada vez estiras un poco más.

Ayuda trabajar con la mente, usar la visualización.  Imaginarte que tus brazos llegan a tocar tus pies, aunque en la realidad no es así. Si eres capaz de imaginártelo, verte en la postura en tu mente, al cuerpo le ayudará hacer el movimiento correcto e incluso hacer el ejercicio más intensamente. Vendrá el día en que lo que te imaginabas, llegará a ser realidad.



Tanto Yoga, como por ejemplo Pilates, se concentran bastante en fortalecer la parte central del cuerpo los músculos lumbares y abdominales, pero también los músculos de la espalda. El objetivo no es un vientre plano para lucir en bikini (aunque no estaría mal), sino mantener la columna recta y erguida. Eso ayuda, cómo ya comenté, a que los músculos trabajen con el menos esfuerzo posible para mantener el equilibrio y que los órganos internos tengan su correspondiente espacio. Los músculos fuertes también protegen la columna de las lesiones.



En la mayoría de las asanas NO se aguanta la respiración. Hay que respirar normalmente (mejor por la nariz) y echando la barriga hacia fuera al inhalar. Así los pulmones tienen más espacio para expandirse junto con el diafragma y por lo tanto coger más aire. Normalmente se indica cuando inspirar y cuando espirar durante  las asanas.



Respeta el orden. Si una postura tiene varios pasos, no te los saltes, ni cambies su orden para “llegar antes”. Cada movimiento, cada paso tiene su porqué. Acostumbra tu cuerpo seguir el orden, así evitarás posibles lesiones. En las posturas, en las cuáles se oprime la barriga, siempre es aconsejable hacer primero el lado derecho y luego el izquierdo: tiene que ver con la dirección del tránsito digestivo.



Relajación: al llegar a una asana, relájate. Emplea sólo los músculos imprescindibles para su mantenimiento y relaja los demás. No fuerzes nada. Llega sólo hasta dónde te es cómodo y siempre de una manera progresiva y suave. Evita los tirones bruscos. Tu cuerpo te lo agradecerá:)


Namaste




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