Porqué es necesario hablar sobre autodefensa femenina o defensa personal para mujeres y no autodefensa o defensa
personal a secas? Porqué especialmente para las mujeres?
Ofrezco dos respuestas a esta pregunta.
En el primer lugar, las mujeres, por estadística, forman un porcentaje más elevado entre las víctimas de violencia sexual y violencia física, que nos hace un colectivo más vulnerable. Según la Macroencuesta, un estudio llevado a cabo por el Ministerio de Igualdad, en España, del total de mujeres de 16 y más años, el 21,5 % han sufrido violencia física a lo largo de su vida por parte de cualquier persona (sea ex pareja, pareja actual u otras personas), en el caso de violencia sexual hablamos de 13.7%. Podemos decir, que casi cada quinta mujer en España, mayor de 16 sufrirá violencia física o sexual a lo largo de su vida.
La segunda respuesta a la pregunta, por qué es necesario una educación en defensa personal especialmente para mujeres es, que éstas normalmente no pueden competir con los hombres en cuanto a fuerza física y por lo tanto, su defensa tiene que estar basada en otros elementos. La defensa personal para mujeres consiste en estrategias y movimientos para separar el atacante sin importar su fortaleza física y sin necesidad de armas. Esta práctica se basa en la velocidad y la audacia ante situaciones de peligro. El objetivo es evitar ser agredidas y no el vencer a nadie. Se trata de técnicas que requieren el mínimo esfuerzo y traen máxima efectividad. Por ejemplo, usar el arma más eficiente que tengas a mano en el lugar más vulnerable del cuerpo del agresor.
Este tipo de defensa personal aborda el empoderamiento personal y colectivo de las mujeres, con el objetivo de erradicar la violencia sexista. A diferencia de otros enfoques de autodefensa, este no se reduce a la parte física, sino que busca trabajar con las participantes temas como la apropiación del cuerpo como territorio propio y sus derechos como ciudadanas. Esto se basa en 3 pilares, la parte física, la psicológica-emocional y la grupal. La parte física, permite aprender a trabajar con el cuerpo, reapropiarse de él, y ejercitarlo. La parte psicológica-emocional, permite trabajar las cargas emocionales que muchas veces se generan en torno a una agresión o acoso, tratando de evitar el sentimiento de culpa y/o vergüenza. Además, este tipo de práctica tiene un componente grupal, por el que las mujeres participantes pueden construir espacios de apoyo y entendimiento mutuo.
Antes de nada, con un colectivo femenino deberíamos trabajar la parte de la mentalidad, en concreto las creencias limitantes tipo “Las mujeres no hacen daño”, “Las chicas no pelean”, “Están mal vistas las mujeres agresivas” etc. que son la otra cara de la moneda de una sociedad machista, que a la vez a los niños les dice “Los hombres no lloran” etc. Estas limitaciones psicológicas a las mujeres nos pueden hacer una mala jugada si no nos atrevemos a defender por el miedo de ofender, hacer daño, quedar mal.... Hay que distinguir ser agresiva y defenderse proporcional y justamente.
En los talleres de defensa personal que imparto a mujeres me gusta reemplazar estas creencias con un arquetipo de alguna guerrera fuerte, al cuál nos podemos acoger en un momento de necesidad. No se trata de ir por la vida de macarra, sino convocar a esa reina o diosa poderosa en un momento de peligro. Por ejemplo, la diosa griega Artemisa, conocida para los Romanos como Diana, es arquetipo de mujer fuerte, independiente, cazadora. O Boudica, una reina guerrera que encabezó la rebelión de Britania contra Roma; o la diosa Hindú Kali, que es mejor evitar cuando se desata su furia. Las Amazonas eran una tribu de mujeres guerreras en la mitología griega y las Valkyrias en las mitologías nórdicas. Tal vez conoceís a Xena de la cultura popular. Fue una serie de televisión y a mí me cambió mi mundo a los doce años. Nunca me gustaba el rol de madre, ni de princesa ñoña que espera ser rescatada por el príncipe cómo a las demás niñas. Cuando descubrí, que se puede ser princesa guerrera como Xena, que defiende las injusticias en el mundo, fue un momento muy importante.
En que principios debemos entonces basar la defensa física llevada a cabo por una mujer? Aquí voy a hablar del concepto Yin/Yang o “Ser agua” de las filosofía taoista y del WING TSUN kung fu, un estilo de artes marciales fundado por una mujer. Según se cuenta, NG MUI era una monja shaolin, que le enseñó el arte marcial a una chica de 15 años llamada Wing Tsun, para que ésta se pudiera defender de un pretendiente no deseado y violento. Este arte marcial la divulgó Bruce Lee y es él quién dijo lo de “Be water, my friend”. Se trata de adoptar una estrategia suave, Yin, en vez de responder la fuerza bruta con contrafuerza (Yang). Buscar huecos, desviar al adversario, penetrar como el agua en su punto más débil.
Desgraciadamente, hace falta educación en este ámbito para que las mujeres sean capaces de desviar o por lo menos minimizar una agresión si tienen la mala suerte que les tocó. Pero tampoco significa andar con miedo, todo lo contrario, aplicar un poco de prevención: implementar ciertas medidas de seguridad en nuestro día a día para estar más tranquila.
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