Me gustaría compartir una herramienta de coaching, que empezé a usar hace dos años.
Se trata de una serie de preguntas que te sirven para evaluar todo el año pasado e diseñar el año que tienes por delante. Se suele hacer a finales de año, en diciembre, o principios, en enero.
El ejercicio es como una brújula. La brújula me orienta para saber dónde está el norte (mis valores) y saber hacia dónde quiero ir. Pero antes de trazar dónde quiero ir, debo tener claro, dónde estoy. Por eso primero la parte de evaluar el año pasado.
Y no es solo recordar lo que ha pasado en los últimos doce meses, sino enfocarse específicamente en los logros y los momentos felices. Reconocer también los fracasos, pero percibirlos como aprendizaje y no causa para auto fustigarse: reconocer donde se puede mejorar.
Segunda parte es diseñar, soñar, hacia dónde quiero ir; que quiero lograr el año que tengo por delante. Ponerme metas alcanzables, pero también que sean un reto personal.
Cómo en la brújula, que siempre indica el norte y no mi camino, yo debo guiarme por mis valores y diseñar la ruta hacia mis objetivos y metas acorde con ellos.
No tiene sentido proponerte ir al gimnasio todos los días, si la salud o el deporte no son los valores prioritarios para ti. No puedes esperar ser disciplinada y organizada, si tu mayor valor es la espontaneidad.
Ahí es donde surge el sufrimiento: cuando nuestras acciones no se corresponden con nuestros valores, nuestras creencias. Si mi valor es la familia y pasar tiempo con ella y en el trabajo me proponen trabajar más horas, si lo acepto, voy a sufrir porque estaré menos tiempo con mi familia.
Te propongo dos ejercicios. Define bien tus valores principales (intenta reducirlos a cinco y poner orden de importancia) y luego utiliza este ejercicio para diseñar el año que tienes por delante.
Puedes descargar tu libreta en esta página: https://yearcompass.com/
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